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martes, 17 de julio de 2012

Matilde Asensi y La conjura de Cortés

Con la publicación reciente de La conjura de Cortés, se cierra la trilogía que la escritora Matilde Asensi ha dedicado al período 1598-1612, a través de las aventuras de Catalina Solís o Martín Nevares, después de Tierra firme (2007) y Venganza en Sevilla (2010).


Con amplia documentación histórica, recrea el castellano de la época, y nos sumerge en las peripecias, a uno y otro lado del oceáno, de los hombres y mujeres enviados por la Corona a tierras americanas.

Es un ejemplo de ese curioso artefacto llamado "best seller de calidad", cosa que presupone erróneamente que si dices best seller a secas no hay calidad, aunque no especifica esa calidad como es: buena o mala. En fin, ese tipo de cuestiones ideológicas que también permean el mundo del libro, que en su día afectaron a Dickens, por ejemplo, o a todos los escritores populares. Como ahora, varios se indignan porque un libro como Cincuenta sombras de grey venda tantos ejemplares en todo el mundo, como si la función Pasar el Rato sólo la dieran en un circo, y no en toda la red circense-libresca, y por motivos muchas veces insospechados. Aunque ya deben quedar pocos puristas buscando al dios de la Literatura en el Templo del Aburrimiento...

En todo caso, apostaría que los millones de personas que han comprado los libros de Matilde Asensi han disfrutado leyéndolos porque, como diría Richard Ford, que tiene alguna medalla en el palmarés de la literatura, ni que fuera en forma de Pulitzer: "no existe algo así como un falso sentimiento de bienestar".
José, de Laie Pau Claris

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