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viernes, 31 de agosto de 2012

La liebre con ojos de ámbar, de Edmund de Waal

 
La liebre con ojos de ámbar es el mejor libro que he leído durante estas vacaciones, con él he pasado las mejores horas de lectura veraniega, y no quería que se acabara nunca... ¿el libro?... ¿las vacaciones? ¡Ambos!



A pesar de mi tendencia natural a leer novelas, este es un libro de historia europea a través de cuatro generaciones de una familia judía desde finales del siglo XIX hasta la actualidad. El hilo conductor es una colección de "netsuke", 264 figuras diminutas de arte japonés que van cambiando de propietario dentro de la misma familia por diversos motivos hasta que llegan a manos del escritor, que decide averiguar los orígenes de las figuras y la vida de sus antepasados.


Hay mucha poesía en este libro, y literatura e historia del arte, y eso es lo que ha hecho que me pareciera maravilloso. Proust, Rilke, Durero, Degas, Renoir, son algunos de los personajes que intervienen en esta magnífica obra escrita con mucha sensibilidad y erudición.

Conxa, de Laie Pau CLaris





miércoles, 29 de agosto de 2012

Una relación perfecta, de William Trevor

 
La narrativa de William Trevor nos envuelve con su nostalgia y desencanto. En sus dos anteriores obras, también publicadas en castellano por Salamandra, La historia de Lucy Gault y Verano y amor, ya se percibía. 
 
 
Historias de personas ajenas al mundo que de un modo u otro han sido olvidadas. Esta misma atmósfera está presente en cada uno de estos doce relatos recogidos bajo el título de Una relación perfecta. Relatos en los que la culpa arrastra a los protagonistas, el peso de la responsabilidad por acción u omisión, una promesa hecha mucho tiempo atrás, una pena que consume.
 
Un hombre que trata de huir de su responsabilidad por la muerte de una niña, un marido que debe cumplir una promesa a su esposa ya muerta, una joven que hubiera podido evitar una desgracia que no quiso ver a tiempo, una anciana que se encierra en su mundo para no sufrir y se apaga lentamente. La condición humana encuentra en este autor un gran retratista que dibuja, línea a línea, sus sueños, sus debilidades, sus secretos, su desesperanza, su soledad.
 
Cèlia, de Laie Pau Claris